Foto: Emma Mora |
En dos días seguidos han ocurrido dos graves accidentes de tráfico marítimo: un embarrancamiento de un crucero por golpear contra un escollo en aguas del Mediterráneo y una colisión entre dos buques en el estrecho de Gibraltar donde un cargo ha embestido a un catamarán de linea que cruza el estrecho a diario.
Parece difícil que el azar haga coincidir dos incidentes de estas características pero ha sucedido.
En los medios aun no se habla de las posibles causas que han originado estas desgracias.
Usualmente se tiende a sobrevalorar la utilidad de la enorme cantidad de aparatos electrónicos y ayudas a la navegación de estos buques versus la capacidad humana de ver y percibir las cosas (los accidentes de la costa u otros barcos, excepto en el caso de niebla cerrada, donde evidentemente, el radar es una gran ayuda.
Los fallos mecánicos, ya sea del sistema de propulsión o de gobierno, también pueden conducir a incidentes de este tipo. Un mercante necesita mucho espacio para poder "frenar" o reducir su marcha y es vital la respuesta de motores y timones.
El Mediterráneo es un mar casi cerrado y el lapso de renovación de sus aguas es de unos 50 años. Un grave desastre ecológico puede suceder en el caso de embarrancamiento o colisión de buques que transportan mercancías polucionantes. Para evitar este riesgo, la mejor prevención pasa por el uso de otro tipo de sustancias menos contaminantes para el medio y generadas localmente. Además desaparecería así otra consecuencia del transporte, la emisión de gases contaminantes a la atmósfera resultado de la combustión de combustibles fósiles que son los que propulsan estos buques.
Un recuerdo para las cinco victimas del crucero embarrancado. (Actualizado el 16/01/12)
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