Libro de faros y señales de niebla en formato digital

Faro de Capdepera, Mallorca


El Instituto Hidrográfico de la Marina ha publicado en formato digital y de manera gratuita el Libro de faros y señales de niebla correspondiente a las costas de España y Portugal. Actualmente está en fase de pruebas pero ya se puede acceder para consultar. 


El Libro de faros y señales de niebla se presenta en los siguientes formatos:
Datos que proporcionan:
NºNacional
NºInternacional

Nombre y
Localización

Latitud
Longitud

Apariencia
Período

Elevación
metros

Alcance
millas

Soporte
Altura

Observaciones
Estado

Foto del faro/luz/señal
 
Advertencia: esta novedad no exime de la obligación de seguir llevando a bordo la versión analógica (en papel) del Libro de faros. 
Un importante avance para conocer y utilizar las luces que nos ayudan a orientarnos en la oscuridad con mayor facilidad. 
El faro de Capdepera y a su derecha los restos de una antigua torre se señalización.
 Estas torres aún se utilizan para hallar la posición usando las artes de la navegación costera.



A quíen hay que temer más: ¿al hombre o al tiburón?

El hombre es el depredador más ávido de la biosfera pero desde que Steven Spielberg filmó la película "Tiburón" en 1975 estos animales han cargado sobre su lomo una detestable reputación calificándolos como los seres más voraces, temibles y asesinos del planeta. Y esto no es verdad, si miramos esta infografia podremos ver las diferentes causas de muerte anuales y los tiburones tienen la cuota más baja de la escala.

En la actualidad la pesca de tiburones para recolectar sus aletas para preparar sopa, un plato muy común y popular en determinadas zonas de Asia, están llevando a diversas especies a niveles de población preocupantes y si se siguen cazando indiscriminadamente, su declive es inmediato.

La pesca generalmente se realiza con métodos muy crueles, cortando las aletas al tiburón vivo y devolviendo su cuerpo mutilado al mar, moribundo, situación que le produce una muerte de gran sufrimiento y agonía.

Su protección pasa por unas leyes restringiendo el número de ejemplares permitidos, la prohibición total de pescar determinadas especies en declive, una normativa legal respecto a la manera en que debe ser capturados, la regulación del consumo de carne de tiburón y la prohibición absoluta del uso de aletas para hacer sopa.

¿Mujer y navegante? ¡Ufff!




Reflejos en el fondeadero, al atardecer




Tengo un buen número de amigos y/o conocidos que desean que su mujer, su pareja, su compañera se aficione a navegar para compartir esta afición que es salir con tu barco hacia el horizonte, izar las velas y dejarte llevar. No pocos me han pedido que le transmita a la candidata en cuestión los placeres y beneficios de aficionarse al olor a salitre y yo, imperfecta de mi, improviso y como puedo, les intento explicar un poco de lo que yo siento.  Con esto no me considero nada ni nadie diferente de otras personas que navegan, ni mucho menos, pero los maridos, compañeros, amantes ven en mi su tabla de salvación; porque han puesto en practica varios métodos para convertir a su pareja a la "fe verdadera" y, tristemente,  han fracasado en todos. A mi me resulta sorprendente que consideren que yo "obraré el milagro" pero por intentarlo, que no quede. 

Y es que en nuestro país, una nación de mar, de gran pasado histórico marinero, de kilómetros y kilómetros de costas, hasta hace poco, ser navegante del sexo femenino significaba ser casi medio extraña, un caso perdido de femineidad, un descuido de la naturaleza, que horror.
Añado que, fuera de estos criterios pero aún dentro de la rancia perspectiva machista, sanas y salvas de esta locura que es navegar, quedan los "tripulones", luciendo exclusivamente superpalmito en cubierta, al sol.

Entonces pienso en las navegantes que he conocido durante el periplo de cinco años de la vuelta al mundo y que como yo estaban viajando y degustando la ruta por el ancho océano: italianas, suecas, suizas, americanas, mejicanas, venezolanas, brasileñas, ecuatorianas, canadienses, inglesas, francesas, alemanas, chilenas, argentinas, uruguayas, australianas, neozelandesas y seguro que me dejo alguna nacionalidad. También añado una pequeñísima cuota de féminas navegantes de este, nuestro país, que haberlas hailas y con gran afición. 
Todas estas mujeres son como las que habitan en tierra pero además disfrutan de ese contacto con el mar y la naturaleza. Hay de todo, como en botica: inteligentes, listas, guapas, bellezas, del montón, gruesas, delgadas, altas, bajas, artistas del bricolage y la decoración, negadas para apretar un tornillo, navegantes de sextante, usuarias de GPS, grandes cocineras, otras que no saben cocer un huevo y muchas otras características humanas similares. Puedes hablar con ellas de libros pero también del escollo a la entrada de la bahía tal, del la receta de pan a bordo, de las diez formas de ponerse un pareo, de cómo organizarse la guardia de noche en el siguiente estrecho que encontraremos en la ruta, de pilotos de viento, de motores, de cremas solares, en fin, de todo un poco. 

Con todo este escrito lo que quiero decir es que fuera de este país el que a una mujer le guste navegar es algo normal que entra en los límites de lo deseable y racional.  Quizás esta idea errónea y preconcebida del navegar femenino que piensan algunos hombres y mujeres, viene de antaño, pienso yo, de la época de los galeones, cuando se consideraba que una mujer a bordo traía el mal agüero, algo así como embarcar a un gafe; pero han pasado los años y esa gran superchería ha caído en desuso.  

Ahora es tiempo de largar amarras y de disfrutar.

Replantar posidonia

Autor: Albert Kok 
Licencia Creative Commmons




La Universidad de Murcia está llevando adelante un proyecto de ecología marina.  Replantar posidonia oceánica en una zona degradada, la bahía del Hornillo, por los vertidos de excrementos de lubinas y doradas de una explotación acuícola activa durante 14 años y la construcción urbanística.

El efecto de la re-plantación ha sido un cambio radical en los fondos, volviendo a mostrar el aspecto verde y acogedor para numerosas especies que suelen ofrecer las praderas de posidonia intactas.

La re-plantación, cuando es viable,  puede ser una solución para volver a dar vida a las áreas que han sido arrasadas del fondo marino pero la más importante actuación es la protección de las praderas existentes naturales. 

Los que practicamos la náutica de recreo y solemos fondear con nuestra ancla en los gratos rincones que nos ofrece el Mediterráneo debemos tener siempre presente una premisa: anclar sobre fondos de arena y no sobre la preciada planta. Informarse por las cartas náuticas de la composición del fondo, respetar las zonas acotadas o de reserva  y si navegamos en Baleares, acogernos al proyecto de boyas instaladas para pasar la noche en diversos puntos de las islas.

Para conocer el proyecto de re-plantación con mayor detalle descarga este documento

Si quieres saber sobre el proyecto de boyas en Baleares, visita este enlace: Baleares Life Posidonia